El 3 de septiembre de 1974, Andreas Papandreou fundó el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), un partido que pronto se convertiría como una de las fuerzas políticas más influyentes en la historia de Grecia. En sus cincuenta años de existencia, el PASOK ha pasado por un ascenso meteórico, momentos de dominación absoluta, declive drástico y, más recientemente, un esfuerzo por redefinir su relevancia en la política griega. Hoy, el PASOK celebra su 50 aniversario.
Fundación y ascenso: La época de Andreas Papandreou
La fundación del PASOK en 1974 se produjo en un momento de transición crucial para Grecia. Tras el colapso de la dictadura militar, el país se encontraba en un proceso de restauración democrática. Andreas Papandreou, hijo del ex primer ministro Georgios Papandreou, uno de los últimos jefes de gobierno democráticos antes del golpe de 1967 que dio paso a la Dictadura de los Coroneles (1967-1974), volvió del exilio y se erigió como uno de los principales líderes políticos del país, buscando con sus ideas socialistas un cambio más radical en el país del que proponían otras formaciones políticas como Nueva Democracia o Unión de Centro – Nuevas Fuerzas. Durante los años de la dictadura, Andreas Papandreu había liderado el Movimiento de Liberación Panhelénico (PAK), organización socialista que luchaba contra la dictadura, organizando múltiples protestas en su contra en diferentes localizaciones del mundo con el objetivo de que se aumentara la presión internacional sobre el régimen. Buena parte de los miembros fundacionales del PASOK provinieron de esta organización.
La «Declaración del 3 de Septiembre», el manifiesto fundacional del PASOK, resumía las aspiraciones de independencia económica, justicia social y soberanía nacional. ‘Independencia Nacional, Soberanía Popular, Emancipación Social, Proceso Democrático’ fue el lema del partido en su fundación. Este mensaje resonó fuertemente en una sociedad que aún se recuperaba de los traumas de la dictadura. La retórica anti-establishment de Papandreou consiguió atraer, si bien no en sus primeros momentos, a una amplia coalición de votantes, desde trabajadores y campesinos hasta la clase media, convirtiendo al PASOK en un vehículo para sus demandas de cambio. Sin embargo, en las primeras elecciones su apuesta política no fue tan exitosa. Fue la conservadora Nueva Democracia de Konstantinos Karamanlis, que había sido primer ministro antes de la dictadura, la vencedora de las elecciones con un 54,4 % del voto y una amplia mayoría absoluta. Nueva Democracia nació ese mismo año como sucesora de la Unión Radical Nacional, cuyo líder Panagiotis Kanellopoulos fue el primer ministro depuesto en 1967 por los militares golpistas. De esta manera, los griegos optaron por una restauración del sistema político anterior a la dictadura antes de abrir la puerta a una nueva formación como el PASOK.
En aquellas primeras elecciones de 1974, el PASOK quedó como tercera fuerza política con un 13,6 % del voto y apenas 12 escaños (de un total de 300). En segunda posición quedó la Unión de Centro – Nuevas Fuerzas, que trataba de continuar la trayectoria de la Unión de Centro fundada en 1961 por Georgios Papandreou. De ideología venizelista, una corriente política griega posicionada en el centro liberal y con ideas nacionalistas y republicanas, Andreas Papandreou había rechazado liderar esta formación, pese a los ofrecimientos de este campo político. El hijo de Georgios renegó de la ideología venizelista en la cual se inició en la política durante los años de liderazgo de su padre. Sin embargo, este movimiento político no logró sobrevivir a los cambios sociales y políticos en el país. La fortaleza de Nueva Democracia en la derecha; la abolición de la monarquía, una de las principales causas políticas del venizelismo de sus inicios, y el carisma de la creciente figura de Andreas Papandreou, acabaron por hundir a este movimiento político, que quedó en tercera posición en 1977 para acabar por hundirse, quedando sin representación en 1981.
Fue en ese año, en 1981, cuando el PASOK alcanzó una victoria electoral con pocos precedentes, logrando casi el 48% de los votos. Andreas Papandreou se convirtió en primer ministro, y bajo su liderazgo, Grecia experimentó profundas reformas. Durante su gobierno, el PASOK expandió el Estado de Bienestar, introdujo un sistema de salud pública universal y promovió políticas que favorecieron la igualdad de género. En política exterior, Papandreou mantuvo una postura independiente, equilibrando las relaciones con Occidente y los países no alineados, lo que consolidó su imagen de defensor de la soberanía nacional. Papandreou fue un gran defensor de diferentes movimientos de liberación nacional, entre ellos la Organización para la Liberación de Palestina.
La evolución del PASOK: de la revolución al reformismo
Durante la década de 1980, el PASOK se consolidó como el partido dominante en Grecia, pero a medida que el país se integraba más en Europa, la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades económicas llevó a un cambio en la orientación del partido. Durante el liderazgo de Kostas Simitis en los años 90, el PASOK adoptó una postura más centrista y liberal. Aunque esta estrategia permitió a Grecia unirse a la eurozona y disfrutar de un período de crecimiento económico, también alienó a muchos de los votantes tradicionales del partido, que veían con desilusión cómo el PASOK se alejaba de sus raíces socialistas.
El cambio hacia el centro fue un reflejo de una transformación más amplia en la política europea, donde los partidos socialistas y socialdemócratas se vieron obligados a reconciliar sus ideales con las realidades de la globalización y las presiones del mercado. Era la época de la ‘Tercera Vía’ de Tony Blair. Sin embargo, este enfoque también sembró las semillas del declive del PASOK, especialmente cuando los problemas estructurales de la economía griega comenzaron a manifestarse a principios de la década de 2000.
La crisis y el colapso: el impacto de la Gran Recesión
El punto de inflexión para el PASOK llegó con la crisis financiera global de 2008, que golpeó a Grecia con una fuerza devastadora. En 2009, George Papandreou, hijo de Andreas, asumió el cargo de primer ministro en un momento en que la economía griega estaba al borde del colapso. A medida que la deuda pública se disparaba y el país se enfrentaba a la perspectiva de un incumplimiento, el gobierno de Papandreou se vio obligado a aceptar un paquete de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Las medidas de austeridad que acompañaron a este rescate provocaron un profundo malestar social y llevaron a protestas masivas en todo el país.
El PASOK, que había sido durante mucho tiempo el partido que representaba, para muchos, las ideas de justicia social y progreso, se encontró en la paradoja de ser el encargado de implementar políticas que eran percibidas como antitéticas a su ideología fundacional. Como resultado, la popularidad del partido se desplomó, y en las elecciones de 2012, el PASOK sufrió una derrota catastrófica, obteniendo solo el 13% de los votos, un resultado impensable apenas unos años antes. La mayor parte de su electorado se fue hacia la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), que bajo el liderazgo de Alexis Tsipras consiguió apelar al tradicional electorado socialista. Este hundimiento bautizó el concepto de ‘pasokización’, utilizado para nombrar procesos de declive de partidos socialdemócratas.
La resiliencia del PASOK: cambios de nombre, reconstrucción y nuevos desafíos
A pesar de su colapso electoral, el PASOK no desapareció por completo. En lugar de eso, el partido comenzó un proceso de reinvención. Para evitar su declive ante el desgaste de su marca, probó con alianzas electorales con partidos minoritarios. Así, en 2014 probó con ‘El Olivo – Alineamiento Democrático’ de cara a las elecciones europeas de ese año. Una alianza que no logró evitar el hundimiento: perdió más de 27 puntos de voto, quedándose con un 8 %. La entrada en escena de otros partidos de centroizquierda como To Potami (‘El Río’) o To Kinima (‘Movimiento de Socialistas Democráticos’), liderado por George Papandreou, no ayudaron a la supervivencia del partido, aumentando la competencia por su voto.
En las elecciones generales de enero de 2015, el PASOK fue el partido menos votado de los 7 que consiguieron representación. Superado por To Potami, que se convirtió en cuarta fuerza, se vio reducido a apenas un 4,7 % del voto. De hecho, en algunas encuestas incluso llegó a estar por debajo de la barrera electoral del 3 %, algo que hubiera certificado su desaparición. Este desastre electoral acabó con el liderazgo de Evangelos Venizelos, entonces vice primer ministro. Bajo el liderazgo renovado de Fofi Gennimata, que llegó al liderazgo del partido en 2015, el PASOK buscó, a través de alianzas electorales con otros partidos progresistas, hacer sobrevivir al partido para que a medio-largo plazo pudiera estar en condiciones de recuperar su relevancia en la política griega.
Así, de cara a las elecciones de septiembre de 2015, se formo la Alineación Democrática (DISI), a la que incorporó a DIMAR, un partido de izquierdas se había escindido en 2010 de Synaspismos, antecedente de Syriza. Esta coalición logró acabar con la tendencia a la baja de la formación, situándose en cuarta posición con más de un 6 % del voto, en buena medida también por el desistimiento a presentar candidaturas de To Kinima, que en enero había quedado sin representación con un 2,5 % del voto. En 2017, el PASOK dio un paso más en su intención de reflotar el centroizquierda griego con la creación de la coalición Movimiento por el Cambio (KINAL).
Con KINAL, se logró la integración de To Potami y To Kinima a la coalición del centro, si bien ninguna de estas dos formaciones llegó a participar en unas elecciones dentro de la alianza: To Potami abandonó KINAL en julio de 2018, apenas un año después de su integración, y DIMAR salió en junio de 2019 para luego volver a incorporarse con sus excompañeros de Syriza hace un par de años. La marca KINAL consiguió mantener estable, aunque débil, a la formación. El partido seguía muy lejos de sus marcas electorales de antaño, pero cada vez se alejaba más de la desaparición. En las elecciones europeas de 2019 mantuvo, con un 7,7 % del voto, los resultados de 5 años atrás.
La cultura Pop y el «efecto PASOK»: una resurrección inesperada
En los últimos años, el PASOK ha experimentado un fenómeno curioso: su resurgimiento en la cultura popular, especialmente entre los jóvenes, a través de memes y referencias en redes sociales. Este fenómeno, a veces denominado «efecto PASOK», ha dado lugar a una especie de nostalgia irónica por los años de gloria del partido. Tal como se describe en un artículo de El País, esta tendencia ha ido acompañada del lanzamiento de productos como zapatillas verdes, que hacen referencia al color icónico del partido.
Este resurgimiento cultural, aunque no se ha traducido directamente en un aumento significativo del apoyo electoral, ha ayudado a mantener al PASOK en la conversación pública y ha atraído la atención de una nueva generación que quizás no vivió los años dorados del partido, pero que se siente atraída por su legado y por la estética retro que lo rodea.
Con todo, a finales de 2021, el PASOK volvió por primera vez en casi una década a los dos dígitos. El repentino fallecimiento de su líder, Fofi Gennimata, en el mes de octubre por un cáncer, del cual fue por primera vez diagnosticada en 2008, supuso un shock para el partido. Tras su fallecimiento, el partido registró un aumento de intención de voto en las encuestas, un efecto habitual en la opinión pública, si bien con duración limitada (en los últimos tiempos también lo vimos con Forza Italia en el mes del fallecimiento de Silvio Berlusconi). Las primarias del PASOK de 2021, con una sorprendente participación, y la renovación que trajo el nuevo líder Nikos Androulakis, consiguieron llevar al partido por encima del 16 %. Sin embargo, Androulakis no consiguió mantener esas marcas volviendo al entorno del 10 % a finales de 2022. Pese a ello, el PASOK ha conseguido encadenar varias elecciones creciendo en porcentaje de voto. Los buenos resultados obtenidos en las elecciones locales de octubre de 2023, con la recuperación de la alcaldía de Atenas, han consolidado recientemente la idea de recuperación de los socialistas griegos. Actualmente, la formación vuelve a situarse en un nuevo proceso de renovación de su liderazgo, con unas primarias que se celebrarán este mes de septiembre. El objetivo del nuevo líder: aprovechar el declive de Syriza y situarse desde la oposición como la alternativa de gobierno a Nueva Democracia, volviendo así al tradicional bipartidismo que protagonizó la democracia griega durante tres décadas. Ya en las últimas encuestas se encuentra en segunda posición.
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