15 años de Movimiento 5 Estrellas: el partido que desafió la política tradicional en Italia busca redefinirse sin romper con sus orígenes

Hoy, 4 de octubre de 2024, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) celebra 15 años. Desde sus inicios, el M5S ha transformado el paisaje político italiano, pasando de ser un movimiento antisistema a ocupar cargos de gobierno, enfrentando desafíos internos y redefiniendo su ideología y alianzas en los últimos tiempos. El partido, ahora en horas bajas, se encuentra ante el desafío de volver a encontrar su sitio. Su reciente movimiento hacia la izquierda ha generado tensiones dentro del partido, que deberá buscar el equilibrio con el mantenimiento de sus principios originales.

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Orígenes e ideología del Movimiento 5 Estrellas

El Movimiento 5 Estrellas fue fundado el 4 de octubre de 2009 por el cómico y activista Beppe Grillo y el empresario de la informática Gianroberto Casaleggio, en plena crisis económica. Surgió como un movimiento de protesta contra la clase política tradicional italiana, caracterizado por un fuerte rechazo a la corrupción y al mal funcionamiento de las instituciones del país. Las 5 estrellas del nombre y logo del partido representan sus principios: medio ambiente, agua pública, movilidad sostenible, conectividad digital y desarrollo sostenible. Estos 5 principios, muy conectados con las ideas de los partidos verdes, fueron actualizados y actualmente son:

  1. Bien común.
  2. Economía integral.
  3. Justicia social.
  4. Innovación tecnológica.
  5. Economía social de mercado.

El partido se enmarcó en una postura antisistema, caracterizándose por su crítica a las estructuras tradicionales de poder en Italia y por promover mecanismos de democracia directa. Uno de sus eslóganes más resonantes fue «Cada uno vale uno», que abogaba por una participación ciudadana equitativa y por despojar de poder a las élites políticas. El M5S rechazaba las etiquetas tradicionales de izquierda y derecha, buscando proyectar una imagen de «tercera vía» que ofrecía soluciones pragmáticas, basadas en la participación popular a través de plataformas digitales, rechazando el eje clásico izquierda-derecha. Así, el partido se ha caracterizado por su ambivalencia ideológica, defendiendo políticas tanto de corte progresista, como la justicia climática, el salario mínimo o rentas mínimas, como otras más nacional-conservadoras, como su postura inicial crítica hacia la inmigración.

En los últimos años, bajo el liderazgo de Giuseppe Conte el partido se ha movido hacia posiciones más propias del centroizquierda, con el que se ha coaligado en diferentes procesos electorales a nivel local y regional. Tras explorar sus opciones de integrarse en los grupos parlamentarios europeos de Los Verdes y el socialdemócrata S&D, en 2024 se unió al grupo de La Izquierda, una vez celebradas las elecciones europeas. Esto marca una clara diferencia con su pasado, cuando en la legislatura 2014-2019 formó parte del grupo EFDD, liderado por el ultraderechista UKIP de Nigel Farage y formado por diferentes partidos populistas y euroescépticos, mayormente de derecha.

Evolución política del Movimiento 5 Estrellas

1. Surgimiento y entrada en la política (2009-2013)

El Movimiento 5 Estrellas nació en un contexto de profunda desconfianza hacia la clase política italiana. Los escándalos de corrupción y la crisis económica crearon un terreno fértil para movimientos populistas y antisistema. Beppe Grillo, cómico conocido por su capacidad para movilizar a las masas a través de sus espectáculos y su blog, canalizó el descontento popular al fundar el Movimiento 5 Estrellas junto a Gianroberto Casaleggio, experto en estrategias digitales.

En esta primera fase, el M5S fue un movimiento puramente antisistema, rechazando toda forma de institucionalización. Sus campañas se centraban en la crítica a la corrupción, la falta de transparencia y el colapso moral de la clase política. La propuesta central del M5S era la democracia directa a través de plataformas digitales, donde los ciudadanos pudieran decidir sobre asuntos políticos sin intermediarios.

El primer gran éxito del M5S llegó en 2013, cuando en las elecciones generales italianas el movimiento irrumpió en el Parlamento como la tercera fuerza política más votada, con el 25% de los votos. Este resultado sorprendió tanto a la clase política como a los analistas, ya que un partido sin una estructura política tradicional había conseguido un respaldo masivo de los ciudadanos, superando por mucho las expectativas marcadas por las encuestas electorales. Sin embargo, esta fase también estuvo marcada por la falta de cohesión interna, ya que el M5S se enfrentó a la compleja realidad de gestionar una representación parlamentaria sin una verdadera estrategia de gobernanza ni coherencia ideológica.

2. Ascenso y consolidación como primera fuerza (2014-2018)

Tras su éxito inicial en 2013, el M5S inició una etapa de consolidación. Durante este periodo, el partido continuó perfilándose como una alternativa clara a la política tradicional, rechazando cualquier tipo de alianza con otros partidos y manteniéndose firme en su postura antisistema. Fue una etapa de expansión electoral, con victorias importantes a nivel local, como la elección de Virginia Raggi como alcaldesa de Roma en 2016 y la reelección de Federico Pizzarotti en Parma.

Sin embargo, este periodo también fue testigo de las primeras tensiones internas y las escisiones más visibles, como la salida de Pizzarotti en 2016 y la formación de Italia in Comune. Pese a estas fracturas, el M5S logró fortalecerse bajo el liderazgo de Luigi Di Maio, quien asumió el control del movimiento en 2017 tras la muerte de Gianroberto Casaleggio y la retirada de Grillo de la primera línea de la política.

El momento cúspide de esta fase llegó en 2018, cuando el M5S alcanzó su mayor éxito electoral en las elecciones generales. Con el 32% de los votos, se convirtió en el partido más votado de Italia y, por primera vez, se posicionó como una fuerza clave para la formación de un gobierno. El M5S se encontraba en una encrucijada: mantener postura antisistema, permaneciendo fuera del poder, o acepta las responsabilidades institucionales de su nueva posición como primera fuerza política.

3. Participación en el gobierno y alianza con Lega (2018-2019)

Esta fase marcó un cambio decisivo en la trayectoria del M5S, ya que por primera vez el movimiento asumió un papel directo en el gobierno de Italia. Sin embargo, la coalición que formó no fue con fuerzas progresistas, sino con la ultraderechista Lega de Matteo Salvini. Este gobierno, liderado por el primer ministro Giuseppe Conte, una figura inicialmente independiente, marcó una etapa de tensiones y contradicciones para el M5S.

La alianza con la Lega fue percibida por muchos como una traición a los principios fundacionales del M5S. Sin embargo, la necesidad de formar gobierno y evitar nuevas elecciones empujó al M5S a aceptar la coalición. Este gobierno de coalición fue una prueba para el M5S. La gestión compartida con la Lega fue especialmente compleja en temas clave como la inmigración, la política económica y las relaciones internacionales. Salvini, que asumía un perfil cada vez más dominante, provocó la caída del gobierno, esperando capitalizar su creciente popularidad.

4. Viraje hacia la centroizquierda y el segundo gobierno Conte (2019-2021)

Después de la ruptura con la Lega, el M5S dio un giro al aliarse con el Partido Democrático (PD) para formar un nuevo gobierno, nuevamente bajo la dirección de Giuseppe Conte. Con este movimiento se alejó de la derecha populista con la que había compartido gobierno previamente y se empezó a aproximar al centroizquierda, con el cual Conte siempre se ha mostrado más afín.

Este segundo gobierno Conte se centró en políticas progresistas, como el desarrollo sostenible, la justicia social y la transición ecológica, lo que permitió al M5S recuperar parte de su identidad original. Sin embargo, las tensiones internas continuaban, y la decisión de formar una alianza con el PD, uno de los principales representantes del sistema político tradicional, no fue bien recibida por todos los sectores del movimiento. La escisión más notable de este periodo fue la salida de Alessandro Di Battista, uno de los dirigentes más carismáticos del M5S, quien criticó duramente la nueva alianza y acusó al partido de alejarse de sus raíces antisistema. El segundo gobierno Conte, además, enfrentó grandes desafíos, especialmente la crisis de la pandemia de COVID-19. Aunque Conte salió reforzado de la crisis inicial, las tensiones internas y el desgaste político llevaron finalmente a la caída de su gobierno en 2021, formándose un gobierno de unidad nacional liderado por el tecnócrata Mario Draghi.

5. El nuevo M5S: la era Conte y la moderación del M5S (2021-actualidad)

Con la salida de Luigi Di Maio como líder y el colapso del segundo gobierno de Conte, el M5S entró en una nueva fase bajo el liderazgo de Giuseppe Conte, que aún mantenía popularidad en significativos sectores de la ciudadanía italiana. El ex primer ministro, que había sido una figura externa al movimiento en sus inicios, asumió la tarea de redefinir la identidad del M5S en un contexto de creciente institucionalización.

Bajo la dirección de Conte, el M5S adoptó una postura más moderada y centrada en temas progresistas, como la justicia social, la digitalización y el cambio climático. Esta etapa marcó un alejamiento definitivo de las posturas populistas más radicales y antisistema que habían caracterizado al movimiento en sus primeros años. Conte buscó consolidar al M5S como un actor clave dentro de las coaliciones de centroizquierda, alineándose en las elecciones con el Partido Democrático y otros grupos progresistas, si bien su oposición al gobierno de Draghi impidieron dicho pacto de cara a las elecciones generales de 2022.

En el ámbito europeo, este giro se reflejó en la integración del M5S en el grupo parlamentario de La Izquierda (GUE/NGL), una decisión que marcó una ruptura con la ambigüedad ideológica del pasado. Aunque este movimiento hacia la izquierda ha permitido al M5S mantenerse relevante en la política italiana, también ha generado nuevos desafíos, especialmente en la pérdida de apoyo entre sus votantes originales, quienes se sentían atraídos por su promesa de ser una fuerza ajena a las etiquetas tradicionales de izquierda y derecha. En esta fase, el M5S ha experimentado una erosión de su base electoral, como se evidenció en las elecciones europeas de 2024, donde sufrió una caída significativa en su porcentaje de votos en beneficio principalmente de otros partidos progresistas como el PD. A nivel nacional, aunque sigue siendo un actor importante en las coaliciones de centroizquierda, ha perdido la capacidad de movilización masiva que caracterizó su ascenso.

Situación actual: el reto de redefinirse dentro de la alianza del centroizquierda

En 2024, el Movimiento 5 Estrellas se enfrenta a una situación realmente compleja. En los últimos años, el partido ha sufrido un importante desgaste en su base electoral y una disminución en su capacidad de movilización. Su participación en dos coaliciones de gobierno, primero con la Lega y luego con el PD, le alejó de sus raíces antisistema, dificultándole la articulación de su discurso original. Estas alianzas diluyeron el perfil populista del M5S y han llevado a una pérdida de identidad, sufriendo por ello múltiples escisiones.

En recientes las elecciones europeas de 2024, el Movimiento 5 Estrellas experimentó una caída significativa en su porcentaje de votos, lo que confirmó la reducción de sus apoyos que se ve reflejada en las encuestas electorales. A nivel europeo, el M5S ha optado por alinearse con el grupo La Izquierda (GUE/NGL), certificando su giro hacia la izquierda. Este movimiento tiene el objetivo de reposicionar al M5S dentro del espectro político italiano. Sin embargo, ha vuelvo a avivar las tensiones internas dentro de la formación. Giuseppe Conte ha intentado posicionar al M5S como una fuerza progresista dentro del espectro político italiano, enfatizando temas como la justicia social, el cambio climático y la digitalización. Sin embargo, este giro hacia una postura más tradicional de izquierda ha alienado a algunos de sus votantes originales, que se sentían atraídos por su rechazo a la política convencional.

En el plano nacional, el M5S sigue formando parte de las coaliciones electorales del centroizquierda, alineándose con partidos como el Partido Democrático en la mayoría de las elecciones locales y regionales. Esta tendencia refleja un cambio importante en la estrategia del M5S, que ha pasado de rechazar las alianzas tradicionales a ser un actor clave en las coaliciones de centroizquierda en Italia. A pesar de los conflictos internos y las críticas por su participación en gobiernos de coalición, esta nueva orientación ha permitido al M5S mantener una presencia significativa en el poder territorial, aunque su capacidad de influir en las políticas se ha visto limitada.

Perspectivas futuras y retos

De cara al futuro, el Movimiento 5 Estrellas enfrenta varios desafíos clave:

  1. Consolidación del liderazgo de Giuseppe Conte.
  2. Equilibrio entre su redefinición progresista y sus principios fundacionales.
  3. Sobrevivir a la alianza con el centroizquierda.

En relación al primero, Giuseppe Conte logró popularidad durante sus años como primer ministro, pero su orientación progresista alienó a buena parte del partido. Hoy en día, sigue habiendo resistencias en amplios sectores del movimiento hacia los pactos con el centroizquierda. Así, recientemente se dio un nuevo episodio de las disputas entre Conte y el fundador del partido Beppe Grillo, que se mantiene como 'garante' del partido, una especie de guardián de los principios fundacionales. Su enfrentamiento con Grillo sigue siendo un importante reto a nivel interno para el liderazgo de Conte, pese a que este cuenta con un apoyo mayoritario entre la base electoral.

Otro desafío será reconciliar sus ideales fundacionales con su nueva realidad como partido de gobierno alineado en el centroizquierda. La transición del M5S de un movimiento populista y antisistema a un actor institucional ha generado tensiones que continúan socavando su cohesión interna. Buena parte del voto que consiguió en 2022 se movió hacia formaciones políticas de la derecha, mientras que otra acabó en partidos progresistas tradicionales como el PD. Ahora, con un electorado más próximo a la izquierda,

Su alianza con el Partido Democrático también es un reto ante las dificultades de competir con este partido siendo a su vez su socio pequeño dentro de la alianza del centroizquierda. El Movimiento 5 Estrellas se enfrenta ante el desafío de marcar perfil propio a la vez que consolida su reorientación como partido progresista. De esto dependerá en buena medida su evolución a nivel electoral.

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