El polémico presidente Zoran Milanović, del Partido Socialdemócrata (SDP), gana el balotaje de las elecciones presidenciales con la mayor victoria de un candidato en la historia democrática del país, desde su independencia de Yugoslavia en 1991. Se impone con tres cuartas partes de los votos frente al candidato de la gobernante Unión Demócrata Croata (HDZ) del primer ministro Andrej Plenković, principal rival de Milanović y que sale debilitado de estos comicios. Pese a la baja participación (apenas un 44 %), ante una victoria que se daba por hecha, la contundencia de los resultados suponen un varapalo para el gobierno conservador, a la vez que refuerzan el liderazgo de Milanović y a la oposición, liderada por los socialdemócratas.
El carácter más populista de Milanović ha sido capaz de llegar a amplias capas de la población croata, creando un amplia coalición de votantes en este balotaje, desde su base tradicional socialdemócrata hasta la izquierda progresista, cuyo partido Možemo! le dio su apoyo, y nacionalistas croatas. El amplio alcance del mensaje de Milanović se traduce en que, según una encuesta previa a las elecciones, más de una cuarta parte de los votantes del centroderechista HDZ en las legislativas del año pasado mostraran su intención de votarle a él frente al candidato de su partido, pese al elevado grado de polarización política en el país entre SPD y HDZ. El primer ministro Andrej Plenković se ha pronunciado sobre los resultados poco después de su publicación, lamentando el resultado y recordando que «el 99 % del poder ejecutivo recae sobre su gobierno y apenas un 1 % sobre el presidente» y que aún quedan 3 años y medio de legislatura. Además, también ha puesto en valor la candidatura de Dragan Primorac, pese a su mal resultado, y ha achacado parte del mal resultado a la falta de apoyo por parte de la derecha radical. Por su parte, Milanović ha agradecido el apoyo recibido y ha pedido al gobierno que se tome en cuenta «el mensaje plebiscitario del pueblo croata».
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