Los democristianos de la Unión (CDU/CSU) se confirma como ganador de las elecciones federales en Alemania. Su candidato, Friedrich Merz, será el próximo canciller del país, para lo que necesitará de una nueva gran coalición con los socialdemócratas, que podrían encadenar, así, su cuarta legislatura consecutiva en el gobierno. Pese a ello, no ha sido una buena elección para los partidos tradicionales. La victoria democristiana se ha producido con el segundo peor resultado de su historia, mientras que los socialdemócratas han caído hasta su peor resultado electoral desde 1887.
Los democristianos han resultado vencedores con un resultado ligeramente inferior al esperado. Con un 28,6 %, no consiguen superar su objetivo de alcanzar la barrera del 30 %, pero la salida del liberal FDP y de la izquierda nacional-conservadora de BSW hace que vayan a poder sumar mayoría absoluta con los socialdemócratas, favoreciendo así la gobernabilidad en el país. De lo contrario, se habrían visto forzados a incluir a Los Verdes en la mayoría de gobierno, algo que había sido rechazado desde la campaña por la CSU, socio bávaro de la CDU, y que resulta especialmente impopular para la opinión pública, según las encuestas. Por el contrario, la alianza entre democristianos y socialdemócratas aparece como la coalición favorita de los ciudadanos alemanes. Esta coalición, sin embargo, podría resultar complicada para unos socialdemócratas muy debilitados, al caer 9 puntos hasta el 16,4 %, ante el fuerte desgaste producido bajo el gobierno del canciller Olaf Scholz. El país, en recesión económica durante los últimos años y con la inmigración como uno de los principales problemas ciudadano, ha penalizado al SPD, que deberá recomponerse al mismo tiempo que participa del gobierno con unos democristianos más a la derecha que en tiempos pasados. Figuras como las del actual ministro de Defensa, Boris Pistorius, el líder político más popular del país, podrían ser claves para esto.
La ultraderechista Alternativa para Alemania ha doblado sus resultados pasados, escalando hasta el 20,8 % y consiguiendo 152 escaños, siendo la primera fuerza en el este del país. Así, ha logrado desde un 32,5 % del voto en Brandeburgo a un 38,6 % en Turingia. La mayoría de sus nuevos votantes, según los sondeos a pie de urna, habrían procedido de la abstención y de la CDU, pero también es muy importante el número de exvotantes liberales y socialdemócratas descontentos con el gobierno de Scholz que ahora han optado por la ultraderecha. Otro de los grandes vencedores de la noche electoral de ayer fue Die Linke. El partido de izquierda radical sorprende con un 8,8 % del voto, mejorando en casi 5 puntos con respecto a su intención de voto de hace apenas un mes. Así, mejora significativamente su último resultado electoral, pese a haber sufrido la escisión del sector más conservador y nacionalista del partido (BSW). Su campaña de oposición a la ultraderecha consigue tener éxito, captando a una gran cantidad de votantes jóvenes, muchos de ellos nuevos votantes, pero también antiguos electores verdes y socialdemócratas. De hecho, el partido logró situarse como primera opción política entre menores de 25 años y fue el partido más votado en Berlín, alcanzando el 19,9 % del voto.
Los Verdes sufren el desgaste del gobierno, perdiendo más de 3 puntos de voto, quedándose con un 11,6 % y 85 parlamentarios. La formación ecologista pierde terreno entre el electorado joven, en el cual predominaba en pasadas elecciones, si bien continúa ganando en algunos distritos urbanos del país. Por su parte, la izquierda nacional-conservadora de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) fracasa en su objetivo de superar la barrera electoral para entrar al Bundestag por una diferencia de apenas 13.500 votantes. Tras muchos meses varios puntos por encima, incluso alcanzando el 8 % el año pasado, el partido finalmente se quedó con un 4,97 % del voto, no logrando representación parlamentaria. También se queda fuera del Bundestag el liberal FDP, que participó del gobierno federal hasta noviembre de 2024, cuando salió después de la destitución de su hasta ahora líder, Christian Lindner, como ministro de finanzas por discrepancias en materia presupuestaria. La Asociación de Votantes de Schleswig del Sur (SSW), representante de las minorías danesa y frisa en Schleswig-Holstein, mantiene su único escaño, logrado gracias a estar exento de cumplir la barrera electoral por representar a una minoría nacional (en virtud de un tratado con Dinamarca).
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