El electorado de Tailandia sigue apoyando mayoritariamente la reforma democrática del país. El Partido del Pueblo (PPLE), sucesor de Avanzar (MFP), de ideología centroizquierdista y que defiende una democratización total del país, terminando con el poder militar y de la monarquía, así como el delito de lesa majestad, que castiga penalmente las críticas hacia la Corona, se mantiene como primera fuerza política del país asiático.
Las elecciones generales de mayo de 2023 marcaron un punto de inflexión en la política tailandesa. Por primera vez en más de una década, un movimiento reformista no vinculado a las élites tradicionales ni a los militares consiguió una victoria arrolladora en las urnas. El partido Avanzar (Move Forward, MFP), encabezado entonces por Pita Limjaroenrat, canalizó el hartazgo de millones de jóvenes y ciudadanos urbanos con propuestas progresistas que incluían la reforma de la monarquía, el fin del control militar en la política y la modernización de las leyes sociales. Sin embargo, lo que parecía el inicio de un nuevo ciclo político pronto se transformó en una demostración de los límites del poder democrático en un sistema tutelado por poderes fácticos.
A pesar de obtener el mayor número de escaños (151 de los 500 en la Cámara de Representantes), Move Forward no pudo formar gobierno. La Constitución de 2017, redactada por la junta militar, establece que el primer ministro debe ser aprobado también por el Senado, cuyos 250 miembros son designados directamente por el Ejército. La candidatura de Pita fue rechazada en una votación parlamentaria marcada por la presión de sectores conservadores y la intervención del Tribunal Constitucional, que suspendió a Pita por poseer acciones en una empresa mediática, un tecnicismo comúnmente utilizado contra opositores.
Esto supuso la división de la oposición pro-democracia, de la que entonces formaba parte el centrista Pheu Thai, que terminó formando un gobierno con partidos favorables a la antigua junta militar, que precisamente depuso a un gobierno del propio partido. Pheu Thai ha terminado aceptando el pragmatismo, asumiendo la dificultad de conseguir poder haciendo frente a las estructuras conservadoras del Ejército y la Monarquía que dominan en último término Tailandia.
Esta nueva alianza permitió, además, el regreso del ex primer ministro Thaksin Shinawatra (Pheu Thai), quien vivía en el exilio desde 2008 tras ser derrocado en un golpe de Estado. Su retorno en agosto de 2023 fue coordinado con el nuevo gobierno, y tras ser condenado a prisión, recibió rápidamente una reducción de pena por motivos de salud. En febrero de 2024 fue liberado, lo que muchos interpretaron como parte del pacto entre Pheu Thai y los militares. Esta maniobra generó una fractura definitiva entre Pheu Thai y Move Forward, que acusa a sus antiguos aliados de traicionar el mandato popular de 2023. Además, su hija Paethongtarn Shinawatra se convirtió en primera ministra el pasado mes de agosto, certificando la reconciliación entre el Pheu Thai y los militares.
Esta nueva etapa, sin embargo, no ha traído una menor represión política. Durante estos años, manifestantes y líderes estudiantiles han seguido siendo detenidos o enfrentan procesos judiciales por criticar a la monarquía o participar en protestas no autorizadas. Además, la suspensión del líder del MFP, Pita Limjaroenrat, como diputado, pese a su victoria electoral, fue seguida el pasado verano por la disolución de su partido por parte del Tribunal Constitucional por violar la Constitución por proponer derogar la ley que castiga penalmente las críticas hacia la Monarquía. MFP tuvo que reconvertirse, formando el Partidos del Pueblo (PPLE) como sucesor.
Bajo este contexto, el Partido del Pueblo se ha confirmado como primera fuerza política del país. De acuerdo con la encuesta electoral de NIDA del mes de marzo, última publicada en el país, el centroizquierdista y pro-democracia PPLE se sitúa en primera posición con un 43 % de intención de voto (sobre voto decidido, 37 % si se contabiliza también a indecisos). El centrista Pheu Thai se mantiene segundo de cara al voto en las listas nacionales, con un 32,5 % de intención de voto. El derechista Nación Unida, defensor de la antigua junta militar, se sitúa tercero con un 10 %, por debajo del resultado de las últimas elecciones. El centroderechista Partido Demócrata se sitúa con un 4 %, en empate con Orgullo Tailandés (BJT). Por su parte, la derecha más militarista del Poder del Estado Popular (PPRP) se queda con apenas un 2 %.

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