El Partido Socialista (PS) del primer ministro Edi Rama ha logrado una histórica cuarta victoria consecutiva en las elecciones parlamentarias de Albania celebradas el pasado 11 de mayo de 2025. Con el 100 % del recuento oficial ya completado, el PS ha obtenido 83 de los 140 escaños del Parlamento, superando incluso los 74 que le otorgaron la mayoría en 2021. Este resultado refuerza la hegemonía socialista iniciada en 2013 y convierte a Rama en el líder con mayor continuidad en el poder desde el final del régimen comunista. Es el mejor resultado en porcentaje de voto logrado por los socialistas desde el inicio de la democracia en 1992.
Sin embargo, el nuevo triunfo socialista llega en un contexto marcado por la baja participación electoral (44,8 %), la desafección ciudadana, denuncias de la oposición y observaciones internacionales sobre deficiencias en el proceso. Aunque la OSCE ha calificado los comicios como «bien organizados y competitivos», también advirtió sobre el uso indebido de recursos públicos, presión sobre votantes y falta de pluralismo mediático, factores que erosionan la calidad democrática del proceso electoral.
Con este resultado, Edi Rama no solo amplía su mayoría parlamentaria, sino que logra consolidar un control institucional prácticamente absoluto en Albania. El PS se impuso en 9 de los 12 distritos electorales del país, consolidando su dominio tanto en áreas urbanas como rurales, y se quedó a menos de 2,5 puntos en otros 2 distritos. Además, superó el 60 % del voto en 5 distritos y venció con claridad en la capital, Tirana, con un 48,3 % y 14 puntos de ventaja sobre la alianza opositora liderada por el Partido Democrático.
Desde su llegada al poder hace 12 años, Rama ha basado su estrategia en una combinación de proyectos de infraestructura, reformas institucionales —notablemente en el ámbito judicial con apoyo de la UE— y una narrativa europeísta que le ha permitido mantenerse como el rostro del «progreso» en el imaginario colectivo, pese a haberse sucedido también los escándalos de corrupción y las críticas por supuesto autoritarismo. La promesa de alcanzar la adhesión plena a la Unión Europea en 2030, con el cierre de negociaciones previsto para 2027, fue el eje central de su campaña. La celebración días después de las elecciones de la última reunión de la Comunidad Política Europea y las manifestaciones de importantes miembros de la UE como Francia podrían estar acercando esta promesa europea para Albania.
La oposición volvió a llegar a las urnas profundamente dividida. La Alianza por una Gran Albania obtuvo un 32,9 % y 50 escaños, empeorando incluso los resultados del Partido Democrático en 2021, pese a incorporar al Partido Libertad, de origen socialdemócrata. El Partido Democrático (PD) continúa liderado por el ex primer ministro Sali Berisha, pese a estar sancionado por Estados Unidos por corrupción y vetado de entrar en el país. Berisha ha rechazado los resultados, denunciando «fraude masivo» y llamando a movilizaciones populares. De hecho, su formación convocó protestas para coincidir con la cumbre de la Comunidad Política Europea celebrada en Tirana, intentando aprovechar la atención internacional. La oposición conservadora sigue marcada por la fractura originada en 2021 entre los sectores leales a Berisha y los seguidores de Lulzim Basha, que intentaron sin éxito renovar el liderazgo del partido. Esta división facilitó una campaña débil y sin mensaje unificado frente al sólido aparato del PS.
Además del PD, otros partidos opositores pudieron entrar en el Parlamento, incorporándose 3 nuevos. El Partido Socialdemócrata (PSD) repitió con 3 escaños, pese a crecer ligeramente hasta el 3,1 % del voto. La lista centrista y regeneracionista Iniciativa Hacer Albania se alzó con un 4 % del voto, aunque apenas le sirvió para entrar con 1 escaño. Por su parte, el conservador Oportunidad, escisión del Partido Democrático, registró un 3,1 % y entró con 2 escaños por el distrito de Tirana. Por último, el izquierdista Movimiento Juntos logró, con un 1,5 % del voto, entrar con 1 escaño por Tirana.

Con esta sólida mayoría socialista, Edi Rama tiene una ventana de oportunidad para acelerar reformas pendientes, pero también tendrá que asumir importante desafíos como:
- Reforma judicial: completar el proceso de “vetting” y garantizar independencia real del poder judicial.
- Corrupción: abordar los escándalos vinculados a contrataciones públicas, concesiones y grandes proyectos urbanísticos.
- Migración juvenil: frenar la emigración masiva de jóvenes cualificados, que sigue vaciando el país de capital humano.
- Agenda europea: avanzar con los capítulos técnicos de adhesión a la UE, con foco en estado de derecho, libertad de prensa y competitividad económica.
- Cohesión social: reducir la polarización y restaurar la confianza en las instituciones democráticas.
Be the first to comment