El izquierdista PSD se mantiene al alza en medio de la crisis política provocada por la caída de la coalición de gobierno liderada por Florin Cîțu, ante la salida del ejecutivo del liberal USR Plus y la posterior exitosa moción de censura. La media de encuestas no recoge aún la fractura interna en el PNL, dividido tras la escisión del sector favorable al ex primer ministro Ludovic Orban, que perdió el Congreso del partido ante Cîțu el mes pasado. Según una encuesta, su Fuerza Liberal podría atraerse la mitad de los apoyos del PNL.
La coalición, recordemos, se rompió en verano, después de que el primer ministro destituyera al ministro de justicia, miembro de USR Plus, por «torpedear un plan de desarrollo económico rural». Este plan, que preveía millones en ayudas a los ayuntamientos, había sido visto por USR Plus como una forma de Cîțu de comprar apoyos de alcaldes y concejales de cara al Congreso de su partido. Para salir definitivamente del gobierno, además de esta destitución, que ya era la segunda de un miembro del partido, USR Plus también citó el intento de controlar por el PNL las fiscalías especiales contra la corrupción y el crimen organizado.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales en Rumanía, el populista PSD (izquierdista en lo económico y muy conservador en lo social) se sitúa con un 37,5 % de intención de voto. El centroderechista PNL, por el contrario, baja hasta el 19 %. El ultraderechista AUR se sitúa con un 15 %, en empate técnico con el liberal USR Plus, que repunta hasta el 14 %. La húngara UDMR se mantiene con un 5 %; el Movimiento Popular, con un 4 %; y el PRO Rumanía, con un 3 %.
Rumanía está aún pendiente de la formación de un nuevo gobierno, después de que el líder de USR Plus fracasara en su intento de ser elegido nuevo primer ministro. PNL y UDMR pretendían formar un gobierno en minoría con apoyo del PSD, que no lo descartaba, pero siempre que se cumplieran una serie de condiciones y se convocasen elecciones al final de la pandemia. USR Plus se había mostrado dispuesto a apoyar un gobierno del PNL, siempre que Cîțu no fuera el primer ministro. Sin embargo, el PNL ha rechazado esta vía.
La investidura del liberal ministro de defensa, Nicolae Ciuca, también parece que fracasará, dada la nueva exigencia del PSD de que el gobierno esté formado por tecnócratas hasta la convocatoria de nuevas elecciones con el fin de la crisis sanitaria. De fracasar, al ser la segunda votación fallida consecutiva, el presidente Klaus Iohannis estará ya habilitado para convocar nuevas elecciones legislativas, algo que beneficiaría claramente al PSD.
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