Fin de la luna de miel del socialdemócrata Olaf Scholz. Por primera vez desde las semanas previas a las elecciones de septiembre, los socialdemócratas no lideran la intención de voto en Alemania. La creciente inflación, la última ola de Covid, la falta de comunicación por parte del canciller (ha sido tendencia en redes el hashtag #woistscholz [¿dónde está Scholz?]) y la crisis de Ucrania, donde los alemanes quieren una posición de neutralidad, pero ven al SPD demasiado rusófilo, no han hecho más que dañar la imagen de Scholz y del SPD.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, los democristianos de la Unión suben hasta el 25 %, ligeramente por encima de su último resultado electoral. El SPD baja casi 4 puntos en un mes y se coloca con un 23,5 %, un par de puntos por debajo del resultado de septiembre. Los Verdes suben ligeramente hasta el 16,5 %, consolidando su tercera posición. La ultraderecha de AfD se mantiene estable con un 10,5 %, en empate técnico con el liberal FDP, con un 10 %. Die Linke sube por primera vez desde las elecciones y se sitúa con un 6 %.
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