El expresidente de izquierdas Lula da Silva gana la primera vuelta de las elecciones presidenciales, pero no consigue superar el 50 % necesario para evitar la segunda vuelta. El actual presidente de derecha radical Jair Bolsonaro consiguió superar las expectativas, lo que podría impulsar su campaña de cara a la segunda vuelta. Sin embargo, el apoyo de Tebet (MDB) y el PDT (partido de Ciro Gomes) a Lula dificulta que Bolsonaro pueda darle la vuelta a estas elecciones.
Lula da Silva consiguió 57,2 millones de votos en esta primera vuelta, un 48,4 % del total de votos emitidos. Jair Bolsonaro se quedó con 51,1 millones, un 43,2 %, bajando 3 puntos respecto a las elecciones de 2018. Simone Tebet, del liberal MDB, quedó tercera con un 4,2 %. Apenas un par de días después de las elecciones, Tebet dio su apoyo a Lula, aunque su partido dio libertad de voto (actualización del 5 de octubre). Ciro Gomes, del centroizquierdista PDT, apenas obtuvo un 3 % del voto. Su partido apoyó a Lula da Silva a los dos días de las elecciones (actualización del 4 de octubre).
En cuanto a las elecciones a la Cámara de Diputados, esta cámara legislativa seguirá fuertemente fragmentada. La izquierda no tiene la mayoría, pero tampoco lo tiene la derecha radical, por lo que cualquiera que sea el presidente elegido tendrá que ampliar su base de gobierno. Para ello serán fundamentales los partidos del Centrão, que aunque tienen su ideología (la mayoría en la derecha), se prestan en todo momento a pactar con el presidente a cambio de cargos y recursos para sus partidos. Estos partidos son algunos como el PSD, Progresistas, Avante, Solidaridad, Republicanos, Unión Brasil o Avante.
El ultraderechista Partido Liberal, donde ahora milita el presidente Jair Bolsonaro, se sitúa como el partido más votado y contará con 99 escaños. La alianza Brasil de Esperanza, que incluye a PT, PV y el PCdoB, quedó segunda con un 13,9 % y 80 escaños.
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