Dirección-Socialdemocracia (Smer-SD) del ex primer ministro Robert Fico sigue subiendo en las encuestas a medida que se acercan las elecciones. Aunque tras la derrota en las elecciones de 2020 y la escisión del partido, con el Hlas-SD de Peter Pellegrini, la formación llegó a bajar del 9 % en las encuestas en esta legislatura, Fico está consiguiendo recuperar posiciones, superando ya el 21 % de intención de voto (3 puntos por encima de las pasadas elecciones). Primer ministro de 2006 a 2010 y de 2012 a 2018, tuvo que dimitir por su involucración en el asesinato de un periodista que investigaba las conexiones entre políticos y empresarios implicados en casos de fraude fiscal. La figura de Fico resulta altamente divisiva en la sociedad eslovaca, manteniendo su popularidad entre ciertos sectores. Por el contrario, para el centro y centroderecha, Fico representa su antítesis política.
Con posiciones izquierdistas en el ámbito económico, Fico mantiene, sin embargo, posturas más próximas a la extrema derecha en cuestiones sociales y nacionales, donde se caracteriza por su ultraconservadurismo y nacionalismo. Así, difiere muy significativamente respecto a la Eslovaquia Progresista (PS), partido de la actual presidenta Zuzana Čaputová, aunque sin representación parlamentaria (se quedó a menos de una décima en las elecciones de 2020). Ante el desgaste de la actual coalición de gobierno de centroderecha, el PS está captando el voto liberal anti-Fico, situándose ya como segunda fuerza. En tercera posición se coloca Voz-Socialdemocracia (Hlas-SD), que se escindió de Smer-SD ante el rechazo de cierto sector del partido, liderados por el ex primer ministro Peter Pellegrini, al liderazgo de Fico, manchado por la corrupción. Hlas-SD, además, difiere de Smer-SD en las posturas en el ámbito social, adoptando una visión más moderada y evitando posicionarse en estos temas. Dicha postura, más próxima a la socialdemocracia europea, le ha hecho convertirse ya en el partido de referencia de los socialdemócratas europeos en el país, por delante de Smer-SD, pese a que diferencia de este aún son sólo ‘partido asociado’ del Partido Socialista Europeo. Hlas-SD, que llegó a liderar las encuestas hace meses, está retrocediendo en las encuestas, no aprovechando la popularidad de su líder (el más popular, con un 40 % de aprobación, según una reciente encuesta de Focus), registrando en agosto un 12,5 %.
El ultraderechista Republika se mantiene como cuarta fuerza con un 8 % y conseguiría entrar en el Consejo Nacional. La alianza de Gente Común (OL’ANO) del actual primer ministro Eduard Heger y Para el Pueblo se sitúa con un 6,5 % de intención de voto, ligeramente por debajo del 7 % exigido a las alianzas para que consigan representación. El libertario Libertad y Solidaridad, muy pro-mercado pero también progresista en lo social, se sitúa con un 6 %, en empate con el conservador Partido Democristiano y el ultraconservador Nuestra Familia. El ultraderechista Partido Nacional Eslovaco, aliado en pasados gobiernos de Smer-SD, sube hasta el 5,5 % y conseguiría representación. Por debajo de la barrera electoral se quedarían la húngara Alianza (3,5 %), el liberal Demócratas (3 %), la alianza centroderechista Los Azules + Puente y el neonazi Partido Popular – Nuestra Eslovaquia (2 %).
Los resultados de las elecciones dejarían un Parlamento de difícil gobernabilidad. Una alianza de Smer-SD y Hlas-SD se situaría con 63 escaños, a 13 de la mayoría absoluta. Sumando al Partido Nacional Eslovaco, se quedarían a 3 de la mayoría. Incluir a Republika en la coalición, algo que Smer-SD podría ver bien, pero que Hlas-SD descarta, o a Nuestra Familia, que descarta una alianza con Smer-SD, serían las únicas opciones posibles para completar su mayoría. Eslovaquia Progresista, que rechaza pactar con Smer-SD y los partidos de ultraderecha, pero también es reacio al pacto con Hlas-SD, tampoco podría conseguir formar una mayoría.
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