Elecciones locales históricas en Turquía. Estas elecciones, que se veían como un test tanto para el gobierno como para la oposición, apenas un año después de las elecciones generales, prometían tener su impacto en la política nacional. Pero en ningún caso se espera un resultado tan impactante como el que se ha producido. Por primera vez desde su fundación en 2001, la derecha islamista moderada del presidente Recep Tayyip Erdoğan perdió unas elecciones a nivel nacional. El opositor de centroizquierda Partido Republicano del Pueblo (CHP) se alzó como primera fuerza política nacional por primera vez desde 1977, antes de su disolución y prohibición durante 12 años tras el golpe militar de 1980.
El desgaste de Erdoğan por la mala situación económica que atraviesa el país desde hace más de 1 año, con una tasa interanual de inflación superior al 67 %, según reportes oficiales (otras estimaciones muestran que podría rondar el 130 %), sería la principal causa del declive del AKP. Un retroceso que también se experimentó en las elecciones generales del año pasado, pero no de forma tan significativa, dado que Erdoğan pudo mantenerse en el poder y el AKP fue primera fuerza con más de 19 millones de votos (y 5,5 millones de ventaja sobre el CHP). El AKP se queda en esta ocasión con 14,8 millones en las elecciones a los consejos locales y 16,3 para las alcaldías. El CHP, por el contrario, crece de los 13,8 millones de las elecciones parlamentarias de hace un año a los 15,8 millones para los consejos locales y 17,4 millones para las alcaldías. El partido fundado por el héroe de la independencia y padre de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, consigue aglutinar el voto opositor a Erdoğan pese a no concurrir en esta ocasión en alianza con otros partidos opositores, que presentaron sus propias listas. De hecho, antes de las elecciones, este era un motivo que hacía temer en el partido pérdidas electorales, con varias carreras que se veían ajustadas.
El centroizquierdista CHP gana más provincias que AKP y MHP juntos
El kemalista Partido Republicano del Pueblo se alzó con la victoria en 35 provincias del país, 14 más que en 2019. Supera así a las victorias de la Alianza Popular, formada por AKP y MHP, en conjunto, que se quedan con 24 y 8, respectivamente. El CHP reforzó las victorias de 2019 y consiguió importantes avances en la región de Anatolia Occidental.
En las elecciones a las alcaldías, el CHP subió más de 7 puntos hasta el 37,7 %, superando en más de 2 puntos de voto (1 millón de votos) al AKP de Erdoğan, que se dejó 9 puntos de voto, hasta el 35,5 %. El islamista radical YRP se situó en tercera posición con un 6,2 %, superando los 3 millones de votos. Su crecimiento bebe fundamentalmente del descenso del islamista Felicidad (SP), del que proviene, y del AKP, al que ha criticado duramente, pese a su alianza en las elecciones de 2023, por la situación económica y por la respuesta ante los ataques de Israel sobre Gaza (piden la ruptura completa de relaciones con Israel). El kurdo Igualdad y Democracia de los Pueblos (DEM) sube hasta el 5,7 %, ganando en 10 provincias, y superando al ultranacionalista Movimiento Nacionalista (MHP), que baja hasta el 5 %, uno de sus peores resultados históricos. El nacionalista Buen Partido (IYI) reduce a la mitad su porcentaje de voto, quedándose con un 3,8 %, y el también nacionalista Victoria (ZP) irrumpe con un 1,7 %.
Las elecciones locales de ayer, 31 de marzo, dejaron una amplia victoria del CHP en las principales ciudades de Turquía. El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu (CHP), fue reelegido con un 51,1 % del voto, superando en casi 12 puntos al candidato del AKP, el exministro de Medio Ambiente y Urbanización, Murat Kurum. Una derrota especialmente dolorosa para Erdoğan, que fue elegido alcalde de la antigua capital otomana hace justo 30 años y que siempre defendió su mantra de "quien gana Estambul, gana Turquía".
Especialmente rotunda fue la victoria del CHP en la capital del país, Ankara. Allí, Mansur Yavaş, de la facción nacionalista del partido, subió 10 puntos y superó en 28 al candidato del AKP. Una victoria que en ningún caso se esperaba en estos términos (los sondeos apuntaban a una ventaja de apenas unos puntos de Yavaş). Por el contrario, en İzmir, feudo tradicional del CHP, la gestión del actual alcalde pasó factura al partido, que perdió 9 puntos (alrededor de 300.000 votos), aunque aún así venció cómodamente, con 11 puntos de ventaja sobre el candidato del AKP.
Primera victoria del CHP desde 1977
Las elecciones a los consejos locales dejaron también una sonora victoria del CHP, que aventajó en 2 puntos al AKP, que sufrió un descenso de 10 puntos, hasta el 32,4 %, su peor resultado histórico en unas elecciones. El CHP, por el contrario, obtuvo su mejor resultado y su única victoria electoral desde hace casi medio siglo. El islamista YRP se situó como tercera fuerza con un 7 % del voto, adelantando al ultranacionalista MHP, que continuó con su descenso. No sólo no consiguió recoger nada de las caídas de su socio AKP ni de su competidor en el espacio nacionalista IYI, sino que perdió otro punto y medio de voto en estas elecciones, igualando su segundo peor resultado histórico. Desde 2014, antes de su alianza con Erdoğan, el MHP se ha dejado más de 11 puntos de voto.
En 2019, el CHP consiguió importantes victorias en las elecciones locales, aunque en aquel momento en alianza con el resto de la oposición, consiguiendo alcaldías como las de Estambul y Ankara. Sin embargo, en tales elecciones, no consiguió la mayoría en los consejos municipales de estas ciudades, lo que ha limitado durante este mandato la acción de gobierno de sus alcaldes. En esta ocasión, el CHP no sólo ha conseguido las alcaldías, sino que ha conseguido la victoria en las elecciones a los consejos locales, un hecho determinante para la ejecución de sus políticas.
Claves de las elecciones locales turcas de 2024
- Derrota contundente de Erdoğan. El AKP quedó por primera vez desde su fundación hace 23 años como segunda fuerza política nacional. Ninguna encuesta o análisis previo a las elecciones preveía un escenario así. Las elecciones eran vistas como un test de la popularidad tanto del gobierno como de la oposición. El AKP suspendió el test, perdiendo más de 5 millones de votos respecto a las elecciones de 2019, que podrían haber ido al islamista YRP, al kemalista CHP y a la abstención.
- Es la economía, estúpido. Una elevada tasa de inflación y un aumento de las tasas de pobreza en el país minan la imagen de buen gestor de Erdoğan. El actual presidente llegó al poder en 2002 tras un intensa crisis económica que derivó en un desplome de los partidos de la entonces coalición de gobierno. El AKP, fundado el año anterior, consiguió combinar el espacio político islamista moderado (provenía del islamista Partido de la Virtud, que fue disuelto) con el espacio del centroderecha, que contaba con un amplia base social en el país. Tras muchos años de malestar económico e inestabilidad, Erdoğan consiguió hacerse fuerte al conseguir un buen desempeño económico y estabilizar políticamente al país. La ruptura de estas condiciones, con una economía en cada vez peor estado (inflación descontrolada desde 2022 y una lira - moneda del país - que ha perdido más de un 90 % de su valor desde 2017), está erosionando la coalición electoral que construyó en sus inicios.
- Baja participación: las elecciones locales se produjeron en un momento de descontento con Erdoğan y de menor tensión electoral que en otras citas electorales, lo que contribuyó a una caída de la participación de 6 puntos hasta el 78,5 %. Un porcentaje bajo en relación a lo que suele ser habitual en elecciones en el país, aunque resulte alto en comparación con las tasas que hay en otros países. Es probable que buena parte del aumento de la abstención provenga de antiguos votantes del AKP, lo que representaría una oportunidad para el partido: estos electores habrían optado por quedarse en casa como castigo, pero no por cambiar su voto hacia otro partido.
- El CHP se hace fuerte como líder de la oposición. Por primera vez desde 1977, el kemalista y de orientación centroizquierdista CHP ha ganado unas elecciones a nivel nacional. El partido sube con fuerza respecto a pasados comicios, pese a que en esta ocasión tenía que competir con otros partidos de la oposición, con los cuales iba en alianza anteriormente. El CHP se consolida así en solitario como la opción que aglutina al voto opositor frente a Erdoğan, un hecho que podría marcar la estrategia de cara a las elecciones generales de 2019. El partido kemalista ha conseguido ampliar su base electoral, atrayendo no sólo el voto socialdemócrata y secular tradicional, sino también a kurdos y nacionalistas turcos contrarios al AKP.
- Refuerzo de Özgur Özel al frente del CHP. Estas eran las primeras elecciones con el CHP bajo el liderazgo de Özgur Özel y, por tanto, una importante prueba. La contundente victoria del partido, con un resultado muy por encima del esperado, consolidan su liderazgo. La victoria podría impulsar su popularidad y contribuirán a hacer desaparecer las disputas internas, tras un convulso congreso, en el que los delegados del partido depusieron a su anterior líder, Kemal Kılıçdaroğlu, para elevar a Özel. En esta maniobra fue crucial el apoyo del alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, que afianzó su poder dentro del partido, allanando el camino para una posible futura candidatura presidencial en 2028. En cualquier caso, el partido no puede perder de vista el impresionante resultado del alcalde de Ankara, Mansur Yavaş. El CHP no podrá prescindir de él y su popularidad de cara a las elecciones de 2028.
- Elecciones libres, pero no justas. Nuevamente, Turquía confirmó que sus elecciones son mayormente libres, con competitividad electoral e integridad de sus resultados electorales. La disputa por los resultados ha sido mínima. El CHP denunció irregularidades en la provincia de Hatay, al sur del país, donde el AKP se situó en cabeza al final del escrutinio por apenas 4.000 votos. Pese a que la victoria opositora saca a relucir que efectivamente el país sigue contando con elecciones mayormente libres, pese a la deriva autoritaria de los últimos años, no se puede pasar por alto que los comicios no se desarrollan justamente. Erdoğan cuenta con más del 90 % de los medios de comunicación, silenciando de este modo a la oposición, y ha utilizado de forma sistemática todos los recursos del aparato judicial y administrativo para perseguir a opositores e incluso suspender a alcaldes. La oposición puede ganar, pero siempre contará con un terreno de juego inclinado en su contra.
- Un nacionalismo en horas bajas. La debilidad del AKP arrastró a su socio ultranacionalista, el MHP, que registró su segundo peor resultado histórico. Desde que la formación de Devlet Bahçeli es aliada del AKP, no ha parado de perder apoyos, algo que sin embargo, no ha hecho al partido, por ahora, replantearse esta cooperación. Esta caída, sin embargo, no ha repercutido en esta ocasión en beneficio para el resto del espacio político nacionalista. El Buen Partido (IYI), hasta el año pasado miembro de la alianza opositora que lideraba el CHP, perdió la mitad de sus apoyos, víctima del agrupamiento del voto contrario a Erdoğan. Su estrategia de reforzar su nacionalismo y estatismo para competir con el MHP, frente a la posición de centroderecha liberal adoptada originalmente, no resultó exitosa. Su líder, Meral Akşener, se vio forzada a la convocatoria de un congreso extraordinario, en el que aún no está claro si se volverá a postular. El nuevo partido nacionalista, Victoria (ZP), entró en escena, pero de forma muy tímida, no consiguiendo recoger ni la mitad del descenso sufrido por el resto del nacionalismo turco.
- El islamismo radical del YRP se sitúa como amenaza para el AKP. El Nuevo Partido del Bienestar (YRP) irrumpió como tercera fuerza política nacional en las elecciones locales de ayer, un resultado sorprendente, dado que fueron apenas las segundas elecciones desde su fundación, y las primeras en solitario (en las generales de 2023, se alió con Erdoğan). Esta formación islamista radical está liderada por Fatih Erbakan, hijo del ex primer ministro Necmettin Erbakan, líder político que situó al islamismo como una de las principales corrientes políticas del país en los años 90. Centrado en la crítica a Erdoğan por la mala situación económica o su posición frente a la guerra en Gaza (buscan mayor contundencia frente a Israel), el YRP consiguió hacerse con su hueco en las elecciones, ganando en dos provincias, feudos del AKP. El avance de este partido, que compite por la base electoral de Erdoğan, se sitúa como una importante amenaza para el AKP de cara al futuro.
- Queda toda una legislatura por delante. Pese a que la derrota de Erdoğan fue muy clara en las elecciones celebradas ayer, no se debe perder de vista que quedan aún 4 años de legislatura. En este periodo de tiempo, la situación económica y política del país puede dar nuevos giros. El gobierno deberá afrontar la inflación como principal reto con el objetivo de llegar a 2028 con una mayor estabilidad de precios. Para ello, podría impulsar ahora reformas económicas, pese a la dureza que podrían conllevar en los estratos menos favorecidos, teniendo en cuenta que no habrá nuevas citas electorales hasta dentro de 4 años, tiempo suficiente como para que una renovada situación económica evitase el desgaste al que se enfrenta actualmente el ejecutivo. En este tiempo, la oposición seguirá su proceso de reestructuración. Por ver está si se replantean la posibilidad de nuevas alianzas de unidad opositora. En cualquier caso, el CHP aprovechará el poder local conquistado en estas elecciones (gobernará para más de dos tercios de la población del país) para demostrar su idea de cambio con políticas concretas.
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