Las elecciones autonómicas de Cataluña han dejado una paradójica situación. Ciudadanos se ha convertido en uno de los ganadores de la noche, al obtener la victoria en votos y en escaños. Sin embargo, los independentistas no han perdido la mayoría y han vuelto a superar los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta en unas elecciones con una participación histórica, que ha llegado al 82 %.
Ciudadanos ha obtenido un 25,4 % de los votos y 37 escaños. La formación de Inés Arrimadas ha obtenido un resultado mejor del previsto por las encuestas, aprovechándose del voto útil constitucionalista. Las encuestas marcaban que había un alto nivel de indecisos hasta el mismo día de las elecciones. Viendo los resultados electorales, parece claro que el votante constitucionalista indeciso se ha decidido por Ciudadanos, que aparecía en los medios y en las encuestas como el principal partido del bloque no independentista.
En el bloque independentista, Puigdemont ha conseguido darle la vuelta a las encuestas y ha superado a ERC. Junts per Catalunya ha obtenido un 21,7 % de los votos y 34 escaños. Las encuestas habían colocado a la lista del expresident Puigmdemont por debajo de la de Junqueras, aunque la tendencia de ERC durante las últimas semanas era a la baja. Finalmente, el primer partido del bloque independentista ha sido Junts per Catalunya, que si consigue el apoyo de ERC y CUP, podrá volver a formar gobierno. ERC obtiene un resultado peor de lo previsto, con un 21,4 % de los votos y 32 escaños. El resultado son un fracaso para el partido de Oriol Junqueras, que tenía expectativas de situarse como la primera fuerza del independentismo.
El PSC, que había disfrutado de una campaña con buenas sensaciones, no ha logrado cumplir con las expectativas marcadas por las encuestas. Los socialistas de Miquel Iceta suben un escaño y ganan 80.000 votos respecto a 2015, subiendo por primera vez en unas elecciones desde 1999. El PSC ha obtenido un 13,9 % de los votos y 17 escaños. Sin embargo, pese a la subida, el resultado no es positivo. Los socialistas esperaban un resultado bastante superior al conseguido. Sin embargo, el voto útil les ha pasado factura, beneficiando claramente a Ciudadanos.
Catalunya En Comú empeora los resultados de Catalunya sí que es pot en 2015, que ya de por sí fueron decepcionantes. Los comunes bajan hasta el 7,5 % y obtienen 8 escaños, perdiendo 3 respecto a 2015. Pese al mal resultado, logran contener la caída, ya que había encuestas que pronosticaban una caída más pronunciada. Además, la mayoría independentista evita ponerles en la situación de elegir entre uno de los dos bloques. Si los independentistas hubiesen perdido la mayoría, los comunes se hubiesen situado en una posición muy complicada.
La CUP cae hasta el 4,5 % y obtiene 4 escaños, por lo que, al no alcanzar los 5 escaños, pasará al Grupo mixto. La CUP logra un resultado por debajo del que marcaban las encuestas. Sin embargo, el resultado se ve compensado por el mantenimiento de una mayoría independentista en la que los diputados de la CUP son clave para sumar mayoría absoluta.
Por último, el PP se sitúa como el gran perdedor de la noche electoral. Se cumplen las peores expectativas y los populares de Xavier García Albiol se convierten en la última fuerza política de Cataluña, pasando a tener solo un 4,2 % de los votos y 3 escaños. El resultado de las elecciones supone el peor escenario posible para el partido de Mariano Rajoy: se mantiene la mayoría independentista, Ciudadanos se convierte en la primera fuerza política en votos y escaños y los populares se hunden y pasarán a formar parte del Grupo mixto. Los buenos resultados de Ciudadanos y el hundimiento del PP en Cataluña, pueden tener un efecto en el resto de España. Es por eso que el resultado deja en muy mala situación a un Rajoy, que ha participado muy activamente en la campaña electoral.