Irlanda afronta su recta final hacia las próximas elecciones generales. Aunque tocarían para principios de 2025, existe una gran especulación sobre un posible adelanto electoral para el próximo año. En este contexto de calentamiento del ambiente electoral, de aprobación de los presupuestos y de una creciente preocupación por la inmigración y los grupos de extrema derecha (tras un ataque con cuchillo en Dublín por un ciudadano argelino y los posteriores disturbios organizados por la ultraderecha), el Sinn Féin se mantiene como primera fuerza política, aunque desciende con fuerza. El partido de izquierda nacionalista pierde 4 puntos en un mes, ante la pérdida de apoyos entre los más jóvenes.
De acuerdo con la última media de encuestas electorales, el Sinn Féin se sitúa con un 28,5 %, aún 4 puntos por encima de su último resultado electoral. El Fine Gael del taoiseach Leo Varadkar se sitúa con un 20,5 %, en línea con los resultados de las elecciones de 2020. El Fianna Fáil, por el contrario, sí acusa desgaste y se queda con un 17,5 %. Los Socialdemócratas se sitúan con un 4,5 %, los Laboristas se mantienen con un 4 %, el Partido Verde se queda con un 3,5 %, Solidaridad-PBP se sitúa con un 3 % y Aontú registra un 2,5 %.
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